martes, 24 de mayo de 2022

25 de mayo, Día del Orgullo Friki.


 

El 25 de mayo de 1977 se estrenó en algunos cines de EE UU una película en la que no confiaban demasiado ni los estudios cinematográficos ni las distribuidoras, pero que hizo millonario a su director y cambió radicalmente los métodos de financiación y producción de Hollywood y nuestra forma de ver el cine: La Guerra de las Galaxias, como fue titulada en español, o Star Wars en su título original. Hasta cambió nuestro mundo al haber influido en la estrategia que la administración Reagan empleó para poner en jaque a la URSS y que a la postre fue una de las causas del desmoronamiento del bloque soviético.


Sobre los cambios mencionados en la financiación y producción de las películas, George Lucas demostró que la recaudación no tiene por qué ser la principal fuente de ingresos de un filme, incluso aunque la recaudación sea excelente. También demostró tener tanta confianza en su obra, como visión económica en la negociación de sus condiciones salariales con la productora. Lucas renunció a su sueldo por un porcentaje de la taquilla y, sobre todo, de la venta de los productos derivados de la película. Los productores no dudaron en aceptarlo, ya que no se imaginaron que tales ganancias pudieran ser importantes. En poco tiempo George Lucas hubiera podido decir, parafraseando a Amerigo Bonasera: "I believe in Star Wars. Star Wars made my fortune".


La Guerra de las Galaxias cambió nuestra forma de ver el cine al trasladar a “hace mucho tiempo, en una galaxia muy muy lejana” no la ciencia ficción, porque de ésta apenas hay nada en toda la saga, sino los cuentos de hadas, las aventuras de espada y brujería, el western, la afición de Lucas por la obra de Tolkien y por la cultura guerrera japonesa, y cierta visión de la geopolítica mundial de la primera mitad del siglo XX. En las sucesivas películas, El Imperio contraataca  y El retorno de Jedi, se añadió a la trama un romance y sobre todo un drama familiar para completar una historia que se ha convertido en un clásico de la cultura contemporánea. La hábil mezcla de géneros que realizó George Lucas, además de provocar el enorme éxito comercial de La Guerra de las Galaxias y sus continuaciones, terminó por situar a esta saga en pie de igualdad con las películas tradicionalmente consideradas artísticas, o culturalmente preferibles a una “simple  película de naves espaciales”. No cabe duda de que los equipos artísticos de las películas: directores, guionistas, actores y técnicos: creadores de efectos especiales, diseñadores de vestuario, localizadores etc… y sin olvidarnos de la absolutamente genial partitura de John Williams también son motivos más que fundamentales para explicar el éxito de la saga, pero su análisis no es el objetivo de este artículo. Además dicho análisis ya ha sido realizado múltiples veces en todos los medios de difusión y por parte de quien está mucho más capacitado para ello que yo.


Así pues, la conexión de La Guerra de las Galaxias con todos esos géneros e influencias facilitó que fuera disfrutada tanto como una obra de cultura popular, como una obra heredera de las tradiciones artísticas clásicas de nuestro mundo. En realidad, pese a que en muchas ocasiones se desdeñan las expresiones de la cultura popular, ésta es la base, el origen y el germen de todo el patrimonio cultural y artístico humano en los cinco continentes. La literatura nació de los primeros relatos contados junto al fuego, probablemente del sonido rítmico de alguna percusión, del movimiento también rítmico de los participantes, y ¿por qué no? mientras alguien concebía en su mente la imagen de alguna talla o pintura. Tal es una de las razones por las que el profesor Tolkien afirmaba que los cuentos de hadas no son un género menor, sino que, por el contrario, constituyen la forma más perfecta de la literatura al ofrecer una conexión directa entre el mundo primario (la realidad) y el secundario (la imaginación) respondiendo a los anhelos naturales del alma humana dotada de inteligencia y capacidad creadora, o subcreadora, como diría Tolkien, debido a la íntima relación existente entre la creación divina y la subcreación humana. Además, los cuentos de hadas tratan de los asuntos que afectan más directamente a nuestra naturaleza humana, al mismo tiempo que buscan ofrecer respuestas a las grandes preguntas que sobre el sentido de la existencia se ha planteado la Humanidad desde milenios antes de la invención de la escritura.


Volviendo a La Guerra de las Galaxias, su estreno también influyó en la confirmación de la existencia de aquellos fans que no sólo ven la película y la disfrutan, sino que además, debaten sobre la misma, proponen teorías que la expliquen, coleccionan objetos relacionados con ella, se reúnen y organizan eventos, etc… Me refiero, claro está, al fenómeno friki que celebra, o celebramos su, o nuestro, día el 25 mayo por ser el día en que se estrenó La Guerra de las Galaxias. El fenómeno no nació con esta película, ni siquiera se consolidó entonces. Sin embargo,  el éxito mundial de la película y sus continuaciones El Imperio contraataca y El Retorno del Jedi, junto a la gran habilidad publicitaria de George Lucas, hicieron de la saga Star Wars un fenómeno de masas global que trascendió a otros géneros artísticos y medios de comunicación social, mucho antes de que se acuñara el término “transmedia”. 


Todo lo anterior facilitó el comienzo del fin de la visión tópica sobre los “frikis” como personas raras con gustos extraños. En realidad, estamos hablando de personas con interés y gusto por la literatura, el cine, y las artes, la ciencia, dotadas de sensibilidad e inteligencia, cuyas aficiones no son objetivamente más raras que las de cualesquiera otras personas que también lucen por la calle, o en sus centros de estudio o de trabajo,  las camisetas relacionadas con su afición. Es cierto, que suelen ser personas tímidas o que no suelen desear llamar la atención, que manejan palabras anticuadas, que se emocionan leyendo un libro, o mirando a las estrellas, pero eso no puede ni debe ser calificado como rareza, es más lo raro debería ser haber perdido la capacidad se emocionarse y de sorprenderse. Además, las aficiones de los frikis suelen avivar su creatividad, y es habitual que presenten un talento notable para crear expresiones artísticas  en sus diferentes géneros: literatura, música, artes plásticas, cine, alcanzando algunos el éxito y la fama en algunos de estos campos. Por otro lado, su afición a la ciencia les lleva a dirigir su carrera profesional hacia los  diferentes ámbitos científicos tanto, sociales, como naturales. Incluso su sensibilidad les lleva a adquirir un compromiso social, y participar en ONG de desarrollo, o en asociaciones de defensa de la Naturaleza, o de promoción y divulgación de la cultura y la ciencia.


Es decir, los frikis son, somos, personas con aficiones, conocimientos y sensibilidad que realizan aportaciones positivas a la sociedad, al mismo tiempo que son extremadamente poco conflictivos. Así pues, hay más que motivos suficientes para celebrar con orgullo y humildad, puede parecer paradójico, pero no lo es tanto en la mentalidad friki, nuestro día, aunque se acabe detenido por las tropas de asalto del Imperio galáctico. ¡Feliz día del Orgullo Friki!





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